Esto no es ciencia ficción.
En un mundo donde el plástico
crujía dioxinas,
donde la única forma no obscena
de agitación revolucionaria
eran rojos imputs de bebidas podridas,
donde “mujer recauchutada” ya no
eran palabras
de viejos libros de ciencia
ficción.
Allí, tú y yo, no-habitando un
no-lugar
queriendo no-querernos,
en un mundo virtual
enchufado y conectado
a puertos sin mares.
Quería verme
más allá de todo eso,
pero solo veía mi reflejo
multiplicado en el plasma,
multiplicado en el plasma,
refulgiendo de insatisfacción y
deseos en 5.1.
En un mundo de aire enlatado y
tetas de vinilo cromático
donde los créditos instantáneos y
las hipotecas de por vida
acechaban de púrpura pasión patentado,
increpándonos con el dedo desde
marquesinas rotas.
Muchos días mi único interlocutor
era la máquina,
que me llamaba puntual, siempre a
las 4.
Quería mirarte más acá de todo
eso,
pero me distraían los
escaparates
cuajados de dorados y diamantes falsos.
El asfalto ardía.
La cadena de montaje
descuartizaba animales
criados en
laboratorio.
Obligados a la felicidad, si podías
comprarla,
aunque fuera a plazos.
Y yo no era feliz, mi pequeño
acto de rebeldía,
Aunque
solo fuese por falta de dinero.
"mi pequeño acto de rebeldía"....es bueno Aidi! la pena es que al final estamos todos,en mayor o menor medida, metidos en la rueda! una pena.....me gusta tu cabeza prima!
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