Para empezar una de estas reseñas sui generis que me marco tengo que decir que David Trueba me parece un escritor irregular, para seguir (y siendo sincera) tengo que admitir que esta novela no me disgustó, sobre todo en el sentido de que me entretuvo, me pareció extremadamente fácil de leer y me la ventilé en tres o cuatro horas de lectura.
Sé que esta afirmación no tiene ningún valor, ni por qué estar relacionada con la calidad literaria de la misma, pero no es menos cierto que a veces me enfrento a novelas de una calidad literaria cuestionable (como puede ser esta que me ocupa) y que además son auténticos puros: aburridas, pretenciosas y en las que avanzar en su lectura se vuelve una escalada al Everest en invierno y con el viento azotándome la cara, así que... ni tan mal.
Blitz no es pretenciosa, y a mí no me ha parecido aburrida, pero también es un poco (bastante) sosa y un poco (bastante) insustancial.
Es una novela ligera, con un punto previsible pero también con alguna reflexión "curiosa" en boca del protagonista o del narrador. Mucho más tampoco hay, la verdad.
No me ha parecido tan horrorosa como por ejemplo a Molinos, aunque entiendo su crítica, porque algo de eso hay.
Vaya reseña rara que estoy escribiendo, todavía no he dicho ni una palabra sobre el argumento de la novela, y la verdad es que no tengo muchas ganas. Bueno, dos frases.
Es la historia de un arquitecto de 28 años con una crisis profesional por falta de proyectos que va a Munich a presentar un proyecto de paisajismo, estando allí se pega con un compañero-competidor de trabajo, su novia le deja y vuelve con un cantautor, y él se enrolla con una alemana madura. Crisis y redención sin ninguna trascendencia. Todo esto, como digo, se deja leer pero no tiene ninguna importancia. ¿Y cómo es posible si ese es el armazón de la novela? Pues por eso digo que es un pasatiempo momentáneo.
En concreto a mí lo que me ha interesado son la reflexiones, aunque muy ligeras y poco trabajadas, sobre el precariado y una vida de clase media relativamente cómoda pero totalmente falta de horizontes y oportunidades... y poco más.
Mi problema principal con esta novela es que esperaba bastante MÁS de ella porque me gusta mucho la editorial Anagrama, y unos y otros críticos, por lo visto más interesados en hacer caja que en la calidad de la obra, se habían dedicado a ponerla por las nubes y casi a decir que era una novela generacional para los treintañeros perdidos como yo. Bueno, pues es mentira, aunque yo me lo creí.
Como no tengo dinero para comprar libros, la saqué de la biblioteca, y menos mal porque no me habría gustado un pelo haber pagado por ella.
De todas formas podía haberlo visto venir ya que cuando empecé a leer a David Trueba me pareció un novelista bastante zafio. Cuatro amigos estaba llena de clichés, chascarrillos machistas y diálogos y situaciones que parecían sacados de una peli de Daniel Sánchez Arévalo; ah, perdón, si es que David Trueba también es guionista de películas de ese estilo. Por eso sus primeras novelas eran tan cinematográficas, llenas de diálogos ágiles y fragmentos que recordaban a planos-secuencia.
Para ser justa, he de decir que su novela anterior a Blitz, Saber perder, está bastante más trabajada y es una obra sólida, creo que su mejor trabajo.
Y para terminar esta entrada "chusca" voy a terminar con unos cotilleos. "Documentándome" para esta entrada me he enterado de que David Trueba, como su propio nombre indica, es hermano de Fernando Trueba (¿por qué habrá tantas sagas de hermanos artistas o escritores? ¿irá en los genes?) y que fue pareja durante muchos años de la actriz Ariadna Gil, por lo que habla un correcto catalán.
Fin.
Blitz no es pretenciosa, y a mí no me ha parecido aburrida, pero también es un poco (bastante) sosa y un poco (bastante) insustancial.
Es una novela ligera, con un punto previsible pero también con alguna reflexión "curiosa" en boca del protagonista o del narrador. Mucho más tampoco hay, la verdad.
No me ha parecido tan horrorosa como por ejemplo a Molinos, aunque entiendo su crítica, porque algo de eso hay.
Vaya reseña rara que estoy escribiendo, todavía no he dicho ni una palabra sobre el argumento de la novela, y la verdad es que no tengo muchas ganas. Bueno, dos frases.
Es la historia de un arquitecto de 28 años con una crisis profesional por falta de proyectos que va a Munich a presentar un proyecto de paisajismo, estando allí se pega con un compañero-competidor de trabajo, su novia le deja y vuelve con un cantautor, y él se enrolla con una alemana madura. Crisis y redención sin ninguna trascendencia. Todo esto, como digo, se deja leer pero no tiene ninguna importancia. ¿Y cómo es posible si ese es el armazón de la novela? Pues por eso digo que es un pasatiempo momentáneo.
En concreto a mí lo que me ha interesado son la reflexiones, aunque muy ligeras y poco trabajadas, sobre el precariado y una vida de clase media relativamente cómoda pero totalmente falta de horizontes y oportunidades... y poco más.
Mi problema principal con esta novela es que esperaba bastante MÁS de ella porque me gusta mucho la editorial Anagrama, y unos y otros críticos, por lo visto más interesados en hacer caja que en la calidad de la obra, se habían dedicado a ponerla por las nubes y casi a decir que era una novela generacional para los treintañeros perdidos como yo. Bueno, pues es mentira, aunque yo me lo creí.
Como no tengo dinero para comprar libros, la saqué de la biblioteca, y menos mal porque no me habría gustado un pelo haber pagado por ella.
De todas formas podía haberlo visto venir ya que cuando empecé a leer a David Trueba me pareció un novelista bastante zafio. Cuatro amigos estaba llena de clichés, chascarrillos machistas y diálogos y situaciones que parecían sacados de una peli de Daniel Sánchez Arévalo; ah, perdón, si es que David Trueba también es guionista de películas de ese estilo. Por eso sus primeras novelas eran tan cinematográficas, llenas de diálogos ágiles y fragmentos que recordaban a planos-secuencia.
Para ser justa, he de decir que su novela anterior a Blitz, Saber perder, está bastante más trabajada y es una obra sólida, creo que su mejor trabajo.
Y para terminar esta entrada "chusca" voy a terminar con unos cotilleos. "Documentándome" para esta entrada me he enterado de que David Trueba, como su propio nombre indica, es hermano de Fernando Trueba (¿por qué habrá tantas sagas de hermanos artistas o escritores? ¿irá en los genes?) y que fue pareja durante muchos años de la actriz Ariadna Gil, por lo que habla un correcto catalán.
Fin.
No hace falta que cuentes el argumento, es mejor escuchar tus impresiones que, por otro lado, me agradan mucho porque no es usual leer reseñas como la tuya.
ResponderEliminarHola, Rubén. Muchas gracias por leer la entrada, pasearte por mi blog y comentar. Normalmente solo escribo sobre libros sobre los que tengo cosas positivas que decir, pero a veces me permito una reseña de este estilo.
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