Me encanta pensar de mí misma que soy una buena lectora de ciencia ficción. Este género, considerado por gran parte de la crítica como menor, serie B o simple entretenimiento para adultos frikis, me ha dado grandes momentos de lectura, y sus visiones de mundos distorsionados, lejanos o distópicos muchas veces responden a inquietudes que los libros realistas no se atreven a abordar.
Sin embargo, para ser sincera con la realidad, no es un género que conozca muy en profundidad y varios de los libros que he leído me han decepcionado bastante. ¿Por qué? Porque la ciencia ficción mal escrita puede ser realmente mala, llena de clichés, con personajes planos, tediosa e inverosímil.
En mi viaje particular por este género se encuentran obras cumbres que se han anticipado a su tiempo y han pasado a formar parte del imaginario colectivo como 1984, de George Orwell, Un mundo feliz, de Aldous Huxley o Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. Todas ellas distopías jugosas, inquietantes, visionarias y que en cierto sentido han sido superadas por nuestra jodida realidad occidental.
También me han parecido muy interesantes los acercamientos ecofeministas a la ciencia ficción de la escritora Ursula K. L Guin, entre elllos La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos o El nombre del mundo es bosque.
S. me acercó a Orson Scott Card y su adictiva saga de Ender, además de al Mundo río y A vuestros cuerpos dispersos, del irregular Philip J. Farmer.
Arthur C. Clarke, me pareció demasiado técnico y su forma de escritura muy lenta y con poca acción. La novela suya que he leído, Cita con Rama, mostraba ideas interesantes y un trasfondo filosófico original y atrayente, pero recuerdo subir las infinitas escaleras del artefacto extraterrestre junto con el astronauta y sentir sobre mis hombros la misma carga gravitatoria que él con cada página que conseguía leer. A Assimov y Stanislaw Lem los debí agarrar en un mal momento y los abandoné a su suerte.
Últimamente he leído dos libros cercanos a la ciencia ficción que me han gustado mucho. En ellos está reflejado el subgénero que más me atrae: las distopías, los futuros lejanos o cercanos postapocalípticos o en vías de serlo, el malestar de nuestra sociedad hipertecnificada y los peligros y desafíos a los que nos enfrentamos. Para mí estos temas no son solo ficciones, sino metáforas, y creo que encierran muchas verdades que la literatura realista esquiva tachándola de juegos evasivos. Estas dos novelas son Cenital, que ya reseñé por aquí, y El círculo, de Dave Eggers.
En esta entrada quería hablar sobre Vurt, de Jeef Noon, pero ya se me ha hecho muy larga, así que la titularé "Ciencia ficción" y haré la crítica de la novela en la próxima entrada.
He leído todos los libros que comentas en el artículo. Pienso un poco como tu, que hay poca calidad en este género. Los de A Assimov al igual que tú, empecé dos y eran tan espesos y aburridos, que deje de leerlos. Algunos como los leí de muy joven les guardo buen recuerdo, pero no los podría leer hoy, pues como bien dices están desfasados.
ResponderEliminarCreo que el cine si ha cumplido con las expectativas, Los Aliens y Depredadores, Prometeus, La cosa, Black Ranner o Brazil.( esta última, si no la has visto te la recomiendo.) y han creado argumentos muy validos que acompañados de la tecnología tardaran en pasar de moda. En cualquier caso siempre serán "cásicos"
Soy escritor de cuentos y novelas cortas y como buen enamorado de la ciencia ficción, he escrito varios cuentos del género.. El cuento es un mundo muy distinto de la novela tradicional. En él, se juega con otros ingredientes y creo haber podido quedar bastante satisfecho de mis expectativas. Si te apetece leer alguno, mi correo es jordicabre-21@hotmail.com con mucho gusto te los mando.
Un saludo
Hola, Jordi. Gracias por leerme y también por tu comentario. Si te apetece mandarme alguno de tus cuentos, adelante, pero tendrás que tener paciencia hasta que te conteste ya que tengo una gran pila de libros pendientes por leer. Mi correo electrónico es: aidapicolina@yahoo.es
ResponderEliminarUn saludo de vuelta.
Yo no consideraría 1984 ni Un mundo feliz libros de Cf. Aunque rocen los límites del género quedan lejos de los preceptos del mismo. Si incluiría en esta definición El círculo de Eggers, dentro de los posibles subgéneros que se separan del tronco central.
ResponderEliminarCf pura y dura en vena: K Dick, Thomas M Disch, Lem, Harry Harrison, John Brunner...
Como bien dices, existe mucha morralla publicada por ahí, pero rebuscando en ella se pueden encontrar verdaderas maravillas.
Un saludo