No recordaba haber leído tan poco estos dos meses. Creo que, como me pasa cuando tengo ansiedad, estuve terminando lecturas y acumulando otras que fui incapaz de terminar, paseando mi nerviosismo por el examen de alemán que cayó el día de mi cumpleaños y dedicándome a mi hija, a sus mocos y a los míos.
Esta entrada por tanto va a ser liviana y va a pasar por la página como una bala de heno silbando su tristeza.
Enero:
El balcón en invierno, Luis Landero: Novela sincera, otoñal, en la que Landero recupera su infancia en un pueblo extremeño, su emigración a Madrid para estudiar y sus primeros acercamientos a la guitarra, pero sobre todo a la escritura. Me ha gustado mucho y quería dedicarle entrada exclusiva, pero va pasando el tiempo y yo olvidando las palabras precisas para que os entren ganas de leerla. Ya veremos si lo consigo.
Febrero:
American Gods, Neil Gaiman: Ya os conté que me pasé un par de semanas en febrero totalmente absorbida por esta novela hipnótica que me hizo reconciliarme con una ciencia ficción que desde Cenital, de Emilio Bueso, no me daba ninguna alegría.
Es una historia perfectamente construida y con unos personajes que caminan contigo, como si fuesen reales, mientras la lees y aun después. La reseña esta aquí.
Y... ya está. Esto dieron de sí estos dos meses.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Gracias por pasarte por aquí