Como no tengo foto para ilustrar los libros de estos meses porque están en la biblioteca o han sido revendidos, ilustro la entrada con Matilda y su afición voraz por la lectura. |
Tengo que admitirlo, me da una pereza tremebunda escribir esta entrada, pero si no sigo el orden de las lecturas por meses me da cargo de conciencia seguir haciéndolas habiéndome saltado meses. Como veréis llevo escurriendo el bulto bastante tiempo y aún tengo pendientes los tres últimos meses del año pasado.
Ahí va el repaso de octubre y noviembre de 2014:
- Una venus mutilada. La crítica literaria en la España actual, Germán Gullón: No lo terminé, y eso que llegué hasta casi el final. Salvando un par de reflexiones, un libro infumable, lleno de afirmaciones vacuas y desfasadas sobre el canon literario y el papel del crítico en la escena española. Fuera del mundo y pretendiendo sentar cátedra. Una "m".
- El boxeador polaco, Eduardo Halfon: Como ya comenté en esta entrada una de las lecturas más estimulantes del año. Una gozada.
- Nueve lunas, Gabriela Wiener: Maravillosa crónica de un embarazo que huye de tópicos y cuenta verdades de las que pican y hacen reír a carcajadas. Lo reseñé aquí.
- Fantasmas, Chuck Palahniuk: Una decepción de este escritor, que normalmente me gusta mucho. Palahniuk dándole coba a la fórmula que le ha hecho triunfar y no consiguiéndolo. Si queréis ver las lindezas que cuento sobre el libro podéis leer la reseña aquí.
- Tramas, libros, nombres. Para entender la literatura española, 1944-2000, José-Carlos Mainer: Otro de los libros que abandono por desidia y falta de tiempo. Como veis me apetece leer sobre teoría y crítica de la literatura pero a no ser que sea un ensayo deslumbrante pierdo fuelle enseguida
- La gramática descomplicada, Alex Grijelmo: Tuve que devolverlo antes de haberlo terminado porque se me pasó la fecha de devolución en la biblioteca. El escritor fue profesor mío en la universidad y le recuerdo como un buen orador. El libro es ameno, lo cual no es fácil tratándose de gramática.
- El arte. Conversaciones imaginarias con mi madre, Juanjo Sáez: Relectura gozosa de la que ya hablé aquí
- Las lágrimas de San Lorenzo, Julio Llamazares: Bueeeno. Pues no está mal pero uno lo lee un poco como quien se come una nube de golosina y acaba un poco empachado y a la vez vacío. La historia de un encuentro entre un padre errabundo y su hijo en Ibiza, una noche de agosto de lluvia de estrellas. Mucho flasback, melancolía a raudales, algunas frases bonitas y poco más.
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