La foto que he escogido para ilustrar el libro Los cuentos de Olga da Polga, del que quiero hablaros hoy, la he sacado de Internet y es la de la edición que tengo yo. No he podido sacar una foto de ella porque me he dejado mi ejemplar en Madrid, con su portada casi desencuadernada, su exlibris casero que hice con 7 u 8 años, y el encanto de los libros manoseados y medio rotos que se han leído cientos de veces.
Eso fue Olga para mí en la infancia, un libro al que siempre que me apetecía (y durante una época fue muy a menudo) podía acudir, y que siempre (cada una de las veces que lo leí) me arrancaba sonrisas y hacía volar mi imaginación hacia la confortable casa de Olga da Polga en el jardín de los "señores del Serrín", como ella llama a la familia que la adquiere en una tienda de animales y se la lleva con ellos a vivir.
Además de la historia, creo que me ayudaban mucho a zambullirme en sus aventuras las preciosas ilustraciones que reflejaban perfectamente toda la "humanidad" que habitaba en esta cobaya loca.
Olga da Polga es una auténtica heroína, y todas sus peripecias (a pesar de estar contadas por un narrador omnisciente) están tratadas desde su prisma; lo que ella siente, experimenta y cuenta, sobre todo cuenta, porque Olga es una cuentista excepcional, "la Serenzade de las cobayas".
En cada uno de los capítulos del libro asistimos a un hecho aparentemente normal que ocurre en su vida y que ella convierte en un hecho fantástico y mágico, en un cuento cada vez más adornado que está deseosa de contar a todo aquel que se le ponga delante. Olga crea una realidad con sus cuentos, y esto la convierte en un personaje excepcional (aunque también presumido y fanfarrón) al que es imposible no querer.
Me acabo de enterar de que su autor, el inglés Michael Bond, también fue el creador del famoso osito Paddington, que ha sido mucho más difundido que la saga de Olga da Polga, de la que escribió no menos de cinco aventuras.
Según relata el propio autor en el prólogo, para crear al personaje de Olga se inspiró en una cobaya traviesa y valiente que tuvo su hija.
Se lo he leído a M y la verdad es que no le ha entusiasmado, creo que puede ser porque aún es pequeña para tanto texto, tan poco dibujo y las ironías y dobles sentidos que hacen que el libro sea tan gracioso.
*(Por ahora el libro está descatalogado en español, pero puedes encontrarlo en inglés aquí.
.
La verdad es que no lo conocía. La literatura para niños es muy compleja.
ResponderEliminarMe ha gustado la reseña. Tengo ganas de hojearlo.
Hola, Carmelo.
EliminarGracias por tu comentario. Yo diría más bien que la literatura infantil es una gran desconocida, y que es muy amplia.
Lo acabo de leer, y me ha encantado!!!
ResponderEliminarLo compré el otro día en un mercadillo, y lo he querido ojear antes de leersérlo a Elisa, mi hija de 5 años. No sé a ella, pero a mi me ha encantado!.
Olga es imaginativa, divertida, fanfarrona y curiosa....adorable. Y me ha mantenido con la sonrisa en la boca todo el rato.
Muy recomendable!!
Hola, Esther:
EliminarQué bien que lo hayas encontrado de segunda mano ya que creo que está descatalogado. De pequeña lo leí un montón de veces y ahora que se lo he releído a mi hija me he acordado de lo simpática y entrañable que es Olga.
Gracias por pasarte por aquí y comentar.
Me ha entristecido saber que está descontinuado en español. Lo recibí cuando tenía 8 años y justo como tú lo leía y leía. Un gran favorito. Espero que mi ejemplar siga en casa de mi madre! Tengo que ir a buscarlo.
ResponderEliminar