Ancho mar de los Sargazos, novela escrita por Jean Rhys (1890-1979) y publicada en 1966, no me ha dejado indiferente. Tampoco puedo afirmar tajantemente que me haya encantado, ya que más bien me ha inquietado y producido un cierto desasosiego. Es un libro que embriaga y perturba, como si fuese una orquídea salvaje, singular y escondida, que no podemos dejar de oler aunque su denso perfume nos maree y aletargue los sentidos.
Es una novela singular, que por momentos me ha costado leer, pero cuya aura ha permanecido conmigo al terminar de leerla. Me la recomendó Ana, la librera de Bartleby, y a mí el título me sonaba vagamente, aunque no sabía nada de la autora ni de su mundo narrativo.
La historia parte de una premisa original, y es que se puede decir que es la precuela de Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, de la que toma a un personaje desdibujado y sin biografía (la loca del desván) y retoma su historia para contarnos cómo fue su infancia y juventud en las Antillas, antes de emigrar a Inglaterra.
No he leído Jane Eyre por lo que asumo que me pierdo una parte importante de la intertextualidad y la simbología de la obra.
"La loca del desván" es Antoinette Cosway, hija de una criolla y un esclavista, y la novela nos cuenta su vida en Jamaica hasta que se casa con el señor Rochester (personaje protagonista de Jane Eyre).
En la primera parte de la obra, Jean Rhys consigue introducirnos, magistralmente, en la piel de Antoinette niña viviendo con su madre en una finca decadente que va cayendo en el abandono. Sus descripciones hacen que nos imaginemos el avance de la selva, su fragante y hediondo perfume, la maleza que todo lo cubre.
Este ambiente opresivo funciona también como una metáfora de las relaciones de esta familia con otros blancos ricos y con los criados negros, plagadas de incomprensión, oscuros presentimientos y odio soterrado. Es muy interesante ir adivinando esa violencia en las relaciones, sobre todo con los esclavos, a través de los ojos de una niña, que prácticamente se cría sola.
"Hormigas negras u hormigas rojas, altos hormigueros de hormigas blancas, lluvia que me calaba. Una vez vi una serpiente. Todo mejor que la gente. Mejor. Mejor, mejor que la gente. Contemplar sin pensar en nada, las rojas y amarillas flores al sol fue como si una puerta se abriera y yo me encontrara en otro sitio y fuera otra. Ya no era yo".
Después de una serie de acontecimientos que no voy a desvelar para no desmenuzar toda la novela, Antonniette se casa con un joven inglés (Rochester) con el que mantendrá una enfermiza relación que desembocará en la impactante última escena, que es a su vez la apertura de Jane Eyre.
Es una novela que ahonda en lo psicológico, en la oscuridad, y en otro plano en la desigualdad en las relaciones entre personas, en el abuso de poder de unos contra otros y en la violencia que va creciendo y se vuelve incontenible.
Como lectora he asistido con malestar a ese mundo en proceso de cambio, de fin teórico del esclavismo, de odio, incomprensión y violencia. Jean Rhys no construye una novela de buenos y malos, no juzga pero sí muestra una realidad que no es fácil analizar y en la que predomina un ambiente enrarecido y malsano, y una visión oscura de la naturaleza humana.
El estilo y la cadencia del lenguaje de la obra son muy actuales y fue una novela adelantada a su época. En el plano formal tiene elementos experimentales muy interesantes como la alternancia de voces y visiones entre Antoniette y su esposo en la tercera parte. Este recurso está muy bien conseguido y hace oscilar la posición del lector entre los dos personajes. Ancho mar de los Sargazos, no solo en este aspecto, tiene un planteamiento dialéctico.
Antoniette es una desclasada, está entre dos mundos (el de los criollos y el de los esclavos) y en ninguno de ellos es realmente aceptada.
En una lectura feminista de esta novela podemos ver el personaje de Antoniette como la mujer sin voz a la que por fin se le permite enunciarse, narrar su lucidez o su locura desde sí misma y no desde una voz externa que solo la juzgue. Si a alguno de vosotros os interesa profundizar en este tema y en la crítica literaria feminista podéis leer "La loca del desván".
Yo, para terminar, cierro los ojos y me abandono al sueño de la jungla en las Antillas.
(Si queréis comprar esta novela y no la encontráis en vuestra librería de barrio o en la biblioteca, podéis hacerlo a través de este enlace).
La historia parte de una premisa original, y es que se puede decir que es la precuela de Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, de la que toma a un personaje desdibujado y sin biografía (la loca del desván) y retoma su historia para contarnos cómo fue su infancia y juventud en las Antillas, antes de emigrar a Inglaterra.
No he leído Jane Eyre por lo que asumo que me pierdo una parte importante de la intertextualidad y la simbología de la obra.
"La loca del desván" es Antoinette Cosway, hija de una criolla y un esclavista, y la novela nos cuenta su vida en Jamaica hasta que se casa con el señor Rochester (personaje protagonista de Jane Eyre).
En la primera parte de la obra, Jean Rhys consigue introducirnos, magistralmente, en la piel de Antoinette niña viviendo con su madre en una finca decadente que va cayendo en el abandono. Sus descripciones hacen que nos imaginemos el avance de la selva, su fragante y hediondo perfume, la maleza que todo lo cubre.
Este ambiente opresivo funciona también como una metáfora de las relaciones de esta familia con otros blancos ricos y con los criados negros, plagadas de incomprensión, oscuros presentimientos y odio soterrado. Es muy interesante ir adivinando esa violencia en las relaciones, sobre todo con los esclavos, a través de los ojos de una niña, que prácticamente se cría sola.
"Hormigas negras u hormigas rojas, altos hormigueros de hormigas blancas, lluvia que me calaba. Una vez vi una serpiente. Todo mejor que la gente. Mejor. Mejor, mejor que la gente. Contemplar sin pensar en nada, las rojas y amarillas flores al sol fue como si una puerta se abriera y yo me encontrara en otro sitio y fuera otra. Ya no era yo".
Después de una serie de acontecimientos que no voy a desvelar para no desmenuzar toda la novela, Antonniette se casa con un joven inglés (Rochester) con el que mantendrá una enfermiza relación que desembocará en la impactante última escena, que es a su vez la apertura de Jane Eyre.
Es una novela que ahonda en lo psicológico, en la oscuridad, y en otro plano en la desigualdad en las relaciones entre personas, en el abuso de poder de unos contra otros y en la violencia que va creciendo y se vuelve incontenible.
Como lectora he asistido con malestar a ese mundo en proceso de cambio, de fin teórico del esclavismo, de odio, incomprensión y violencia. Jean Rhys no construye una novela de buenos y malos, no juzga pero sí muestra una realidad que no es fácil analizar y en la que predomina un ambiente enrarecido y malsano, y una visión oscura de la naturaleza humana.
El estilo y la cadencia del lenguaje de la obra son muy actuales y fue una novela adelantada a su época. En el plano formal tiene elementos experimentales muy interesantes como la alternancia de voces y visiones entre Antoniette y su esposo en la tercera parte. Este recurso está muy bien conseguido y hace oscilar la posición del lector entre los dos personajes. Ancho mar de los Sargazos, no solo en este aspecto, tiene un planteamiento dialéctico.
Antoniette es una desclasada, está entre dos mundos (el de los criollos y el de los esclavos) y en ninguno de ellos es realmente aceptada.
En una lectura feminista de esta novela podemos ver el personaje de Antoniette como la mujer sin voz a la que por fin se le permite enunciarse, narrar su lucidez o su locura desde sí misma y no desde una voz externa que solo la juzgue. Si a alguno de vosotros os interesa profundizar en este tema y en la crítica literaria feminista podéis leer "La loca del desván".
Yo, para terminar, cierro los ojos y me abandono al sueño de la jungla en las Antillas.
Yo, en abril, leyendo "los Sargazos" en Pisa y haciendo una gracieta de turista. |
(Si queréis comprar esta novela y no la encontráis en vuestra librería de barrio o en la biblioteca, podéis hacerlo a través de este enlace).
Hola, Aida:
ResponderEliminarPena que no haya un mensajero (asequible) para intercambiarnos lecturas, porque siempre que leo tus estupendas críticas se me hace la boca agua. ¿Se las envías a las editoriales de turno? ¡Deberían pagarte!
Veo que has enderezado tu perspectiva, que andas por Pissa. Seguro que has salido airosa de todas las pruebas pendientes; como poco un notable alto en el sturm und drang (o algo así, no recuerdo la ortografía).
No he leído a Jean Rhys, pero lo haré en cuanto pueda, A Jane Eyre, sí.
Me resultó evocador el personaje desclasado... Patricia, uno de mis personajes de "Un mono en la despensa", tiene ese perfil. Curioso. Casualmente hoy estuve haciendo gestiones para publicarla a lo Juan Palomo. No me gusta que críen moho en los cajones (el papel aguanta poco y mi paciencia, menos).
Digo curioso, digo casualidad, por decir algo, porque, a veces, parece que las cosas tienen extrañas conexiones. No digamos las personas... Descubrirlo, la magia de la escritura.
Un abrazo muy grande, y no se me tuerza.
Hola, Laura:
EliminarGracias por tu comentario. Siempre me animan en los experimentos de crítica subjetiva que me marco en el blog. Por desgracia para mí la foto es de abril, donde pasé una semana visitando a una amiga, así que ahora estoy en Berlín, sin haber hecho el examen y con los nervios a cuestas, pero todo se andará y en cuanto pueda me deshago de ellos y los arrojo lo más lejos que pueda. Me encantaría leer tu próxima novela.
Un abrazo de vuelta.
Como otras veces tus comentarios provocan unas ganas tremendas de leer el libro y de paso todos los otros a los que haces referencia. De joven leí Jane Eyre pero seguro que ahora lo haría otra mirada.
ResponderEliminarCuando leo las criticas de los suplementos literarios, la mayoría de las veces me parecen simplonas, pobres, como si se limitasen a hojear el libro y a destriparte el argumento; sin embargo tu, te sumerges en el libro,(realmente lo meriendas), lo enfocas desde muchos puntos de vista, lo relacionas con muchas otras cosas y sobre todo das tu visión personal pero con argumentos y con sensibilidad
Gracias por tu esfuerzo y por facilitarnos la busqueda de lectura.
Isabel