Hasta ahora no sabía que el Fondo de Cultura Económica también editaba libros para niños. Para mí esta editorial va unida a mis recuerdos de Facultad, ya que es la editorial del Popol Vuh (que todavía conservo y que tiene mis subrayados y la anotación "Aida, 1999") y de los libros psiconautas de Don Juan, de Carlos Castaneda. La bella Griselda es un cuento gamberro que he encontrado por casualidad en mi
gran fuente de lecturas en español
en Berlín: La biblioteca del Instituto Cervantes, de la que ya os he hablado en más de una ocasión. En ella M. y yo nos llevamos sorpresas en literatura infantil con libros latinoamericanos que no es habitual encontrar en España.
La princesa guarda las cabezas de la misma forma que todos los presidentes de los EE. UU. se mantienen con vida en la serie Futurama. |
Este es un cuento de princesas, pero con un aire canalla y nada ñoño. A M. le ha encantado, creo que por varias razones. La primera es que empieza a entender diferentes matices del humor, en este caso el humor negro, y la verdad es que se ha partido de risa. Y la segunda es porque, como si de una enfermedad infecciosa se tratase, se le está pasando la fiebre de las princesas de la que se contagió con un entusiasmo desaforado (no quiero decirlo muy alto no vaya a ser que vuelva). Y este libro se ríe bastante de las tonterías de las princesas. "Son muy cursis, mamá, ¿a qué sí?"
La princesa Griselda es tan, tan, tan hermosa que todos los príncipes a los que mira y que se quedan prendados de su belleza pierden, literalmente, la cabeza. A Griselda le gusta el efecto que causa en los hombres y hace todo lo que se le ocurre para ser cada día más guapa.
Pero llega un momento que se aburre y se siente sola, ya que no puede compartir con ningún chico un rato porque a todos les rueda la cabeza por el suelo nada más verla. Hasta que llega un príncipe corto de vista que aguanta estar con ella unas horas antes de correr la misma suerte que los demás.
De ese fugaz encuentro nace una niña, tan, tan, tan hermosa, que su madre "la bella Griselda" también pierde la cabeza cuando la ve por primera vez.
Y su hija rompe la tradición familiar y lo que más le gusta hacer es "armar rompecabezas".
El libro es divertido, las ilustraciones acompañan y a M. le ha hecho mucha gracia que las cabezas de los príncipes siguiesen hablando separadas del cuerpo. Es original el humor con el que trata el modismo "perder la cabeza por alguien", y a un nivel un poco más profundo de análisis es en cierto sentido un libro feminista que hace una crítica a la excesiva importancia que se da a la belleza física cuando en realidad esta no nos hace más felices.
De Isol también he encontrado en la biblioteca Secreto de familia, sobre una niña que descubre que su madre en realidad es un puercoespín por las mañanas. No es tan gracioso como el que reseño, pero los pelos de las diferentes familias son divertidos, y a M. le ha hecho mucha gracia.
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