Flores en las grietas es una recopilación de artículos, ensayos, prólogos a otros libros y reflexiones de Richard Ford, sobre todo sobre literatura y escritores, pero también sobre la vida, así en general, sobre la extrañeza y la magia que la caracterizan.
De nuevo estoy ante un escritor al que no conozco más que de nombre y del que aún no he leído ninguna novela ni relato, así que este collage literario es mi primer acercamiento a su escritura. Y me gusta.
La primera impresión que me llevo de esta recopilación de escritos de Richard Ford es su inmenso amor por la literatura, por su apuesta por la ficción como forma de acercarse al mundo y herramienta privilegiada para redimir sus miserias y su crueldad.
En "Qué escribimos, por qué lo escribimos y a quién le importa" (ya solo el título me da una pequeña descarga de placer en mi hipotálamo de escritora), Ford se dirige a una audiencia de jóvenes escritores o estudiosos de la literatura tocando las cuerdas justas, aquellas que que separan el plumbor académico de la visceralidad real de la escritura y de su papel en la sociedad.
(Artículo plagado de lúcidas reflexiones sobre lo que ha supuesto la irrupción de los estudios culturales y comparados en las cátedras de Literatura de las universidades norteamericanas, y como estos, más allá del valor innegable de nombrar y dar voz a los márgenes, le quitan todo el valor a la ficción, a lo literario, en favor de la Historia, la psicología o el análisis sociológico).
"(...) en el que piensa que la literatura está en quiebra y es aburrida".
Flores en las grietas
da para mucho más y ha sido un placer leerlo, pero esto es todo lo que me apetece contar sobre él. Si os pica la curiosidad, buscad al hombre del pelo blanco.
La primera impresión que me llevo de esta recopilación de escritos de Richard Ford es su inmenso amor por la literatura, por su apuesta por la ficción como forma de acercarse al mundo y herramienta privilegiada para redimir sus miserias y su crueldad.
En "Qué escribimos, por qué lo escribimos y a quién le importa" (ya solo el título me da una pequeña descarga de placer en mi hipotálamo de escritora), Ford se dirige a una audiencia de jóvenes escritores o estudiosos de la literatura tocando las cuerdas justas, aquellas que que separan el plumbor académico de la visceralidad real de la escritura y de su papel en la sociedad.
"En efecto, en esos momentos de impotencia, el impulso de escribir o de leer una novela debería ser un impulso salvador".
"En consecuencia, últimamente he pensado a veces que ha de ser muy difícil comenzar a escribir hoy, en un tiempo universitario en el que relatos y novelas son reducidos a la condición de textos a los que se atribuyó el significado opuesto al que evidentemente tienen".
(Artículo plagado de lúcidas reflexiones sobre lo que ha supuesto la irrupción de los estudios culturales y comparados en las cátedras de Literatura de las universidades norteamericanas, y como estos, más allá del valor innegable de nombrar y dar voz a los márgenes, le quitan todo el valor a la ficción, a lo literario, en favor de la Historia, la psicología o el análisis sociológico).
"(...) en el que piensa que la literatura está en quiebra y es aburrida".
Flores en las grietas
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