A mí, que siempre he vivido en grandes ciudades, desde que recuerdo me ha atraído la vida en el campo, lo primario, el lidiar con los elementos de la naturaleza y también, en cierto sentido, formar parte de ella... Esa pulsión ha sido más o menos intensa según mi momento vital, pero nunca se ha llegado a consumar.
Tengo 37 años y es posible que aún tenga la oportunidad, o la necesidad, de vivir más cerca de la naturaleza en el futuro. Sé que durante muchos años (como de los 20 a los 30) no me cansé de pregonar que acabaría viviendo en el campo, y como no di ningún paso en aquella dirección más que con las palabras, mi deseo (que en una parte de mí era y es completamente real) se volvió una caricatura de sí mismo y me convertí en una "hippie de pastel" que solo conocía el campo de excursión y en sus ensoñaciones románticas.
Eso sí, la imaginación es libre y le gusta llevarnos a otras realidades, muy lejanas a la nuestra, que a veces es tan gris como el hormigón del que estoy rodeada... los libros son una gran ayuda.
Las dos ancianas es un libro muy breve, un relato novelado basado en una leyenda local de Alaska. Una de esas historias que, en un lugar tan frío y con un invierno tan oscuro, se contaban a la luz de la lumbre para calentar los corazones de los que la escuchaban.
Una madre le cuenta a su hija la historia de superación y dignidad de las dos ancianas. Era un relato oral, nunca se había puesto por escrito y tampoco había salido nunca de ese territorio lejano. Y la hija siente un impulso, escribir esa historia de su pueblo y así conectar con sus raíces y venerar a sus mayores y a la naturaleza con la que su pueblo estaba tan conectado. Todas esas huellas que se estaban perdiendo por falta de interés, por la colonización cultural que lo invade todo.
El cuento de Las dos ancianas nos retrotrae a un tiempo antiguo, anterior a la llegada de la cultura occidental y del hombre blanco, y hoy, gracias a Velma Wallis (y a mi madre, que fue la que lo leyó antes de mí) puedo compartirlo con vosotros.
Al ser un libro muy corto, no quiero adelantaros mucho del argumento, pero a rasgos generales es la historia de supervivencia de dos ancianas abandonadas por su tribu a su suerte en la tundra de Alaska en invierno. Las primeras páginas relatan someramente la dura vida nómada del grupo y el motivo por el que abandonan a las ancianas, también se cuentan sus sentimientos de miedo, impotencia, rabia y desesperación al verse separadas obligatoriamente de su grupo. En un primer momento ambas piensas que van a morir, pero tienen personalidades diferentes y cada una consigue despertar en la otra la pulsión de vivir, de hacer todo lo posible por salir del desahucio vital al que parecen abocadas... Y lo consiguen.
El meollo de la historia trata de las técnicas que utilizan para sobrevivir al duro invierno, a las siguientes estaciones y durante varios años... y el lector se va haciendo fuerte con ellas a medida que ganan confianza y se ven capaces de salir adelante. Al final del relato la vida les depara una última sorpresa y la posibilidad de perdonar a sus seres queridos.
Es un libro con dos mensajes importantes: la resiliencia y capacidad de superación que tiene el ser humano cuando se encuentra en situaciones extremas y la dignidad de las ancianas al aprender a reconocerse como miembros válidos de la tribu, inteligentes y fuertes, características que su tribu les había negado por ser mujeres y ancianas.
Es un libro precioso y emocionante, sin moralinas vacías ni mensajes de autoayuda. Un auténtica joya.
*(Si te interesa este libro y no lo encuentras en tu librería de barrio o en la biblioteca, puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme a mantener el blog).
Otros libros muy interesantes sobre supervivencia y vida campestre son Walden y Vida de zarigüeyas.
Las dos ancianas es un libro muy breve, un relato novelado basado en una leyenda local de Alaska. Una de esas historias que, en un lugar tan frío y con un invierno tan oscuro, se contaban a la luz de la lumbre para calentar los corazones de los que la escuchaban.
Una madre le cuenta a su hija la historia de superación y dignidad de las dos ancianas. Era un relato oral, nunca se había puesto por escrito y tampoco había salido nunca de ese territorio lejano. Y la hija siente un impulso, escribir esa historia de su pueblo y así conectar con sus raíces y venerar a sus mayores y a la naturaleza con la que su pueblo estaba tan conectado. Todas esas huellas que se estaban perdiendo por falta de interés, por la colonización cultural que lo invade todo.
El cuento de Las dos ancianas nos retrotrae a un tiempo antiguo, anterior a la llegada de la cultura occidental y del hombre blanco, y hoy, gracias a Velma Wallis (y a mi madre, que fue la que lo leyó antes de mí) puedo compartirlo con vosotros.
Al ser un libro muy corto, no quiero adelantaros mucho del argumento, pero a rasgos generales es la historia de supervivencia de dos ancianas abandonadas por su tribu a su suerte en la tundra de Alaska en invierno. Las primeras páginas relatan someramente la dura vida nómada del grupo y el motivo por el que abandonan a las ancianas, también se cuentan sus sentimientos de miedo, impotencia, rabia y desesperación al verse separadas obligatoriamente de su grupo. En un primer momento ambas piensas que van a morir, pero tienen personalidades diferentes y cada una consigue despertar en la otra la pulsión de vivir, de hacer todo lo posible por salir del desahucio vital al que parecen abocadas... Y lo consiguen.
El meollo de la historia trata de las técnicas que utilizan para sobrevivir al duro invierno, a las siguientes estaciones y durante varios años... y el lector se va haciendo fuerte con ellas a medida que ganan confianza y se ven capaces de salir adelante. Al final del relato la vida les depara una última sorpresa y la posibilidad de perdonar a sus seres queridos.
Es un libro con dos mensajes importantes: la resiliencia y capacidad de superación que tiene el ser humano cuando se encuentra en situaciones extremas y la dignidad de las ancianas al aprender a reconocerse como miembros válidos de la tribu, inteligentes y fuertes, características que su tribu les había negado por ser mujeres y ancianas.
Es un libro precioso y emocionante, sin moralinas vacías ni mensajes de autoayuda. Un auténtica joya.
*(Si te interesa este libro y no lo encuentras en tu librería de barrio o en la biblioteca, puedes comprarlo a través de este enlace y ayudarme a mantener el blog).
Otros libros muy interesantes sobre supervivencia y vida campestre son Walden y Vida de zarigüeyas.
Recuerdo que lei este libro con las maravillosas mujeres de ka escuela de adultos de Fontarrón, un barrio de Vallecas y me sorprendió lo mucho que tenían en común con estas dos ancianas de Alaska: la fortaleza,los conocimientos prácticos de la vida heredados de sus antepasados que vivieron durante años en el campo y las ganas de sobrevivir y adaptarse a nuevos retos
ResponderEliminarIsabel
Maravilloso libro para leer con calma y disfrutar de las imágenes que van sugieriendo las ancianas a través del viaje por la supervivencia. Admirable tambien la propia historia de supervivencia de su autora y de la publicación del libro. Y muy divertida la historia de las comas. Una buena recomendación para un libro sencillo, humilde y de sentimientos nobles para la vida.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. Espero que con ella muchos más lectores se animen a leer esta maravillosa historia.
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